La memoria de estos cincuenta años no sería completa sin hacer referencia al teatro, a la música y el canto. En esta casa, siempre se ha creído aquello que decía Don Bosco: Una casa sin música es un cuerpo sin alma. Y también lo que decía del teatro: Es un excelente medio para llegar al muchacho que no podemos desperdiciar.
En el Oratorio de Valdocco, Don Bosco fomentaba la música, el baile y el teatro, como recursos educativos que, a él personalmente, le habían ganado la amistad de los compañeros en sus años de juventud. En el oratorio estaban muy presentes: la música instrumental y coral, los paseos y excursiones, el deporte, el teatro infantil… Procurando lo preventivo, más que lo represivo, buscaba la manera de evitar el castigo, poniendo al niño en un entorno mediante el cual se viera capaz de ser lo mejor que uno puede ser. Era una manera agradable, amable e integral de abordar la educación.
Así, en el marco del Cincuentenario de la presencia salesiana en la ciudad de Jaén, el día 26 de junio a las 21.00 h., en las pistas deportivas del Polígono del Valle se celebrará una VELADA SALESIANA. Contaremos con la presencia de grupos musicales y teatrales que han formado y forman parte de Salesianos Jaén, durante estos cincuenta años, y en un ambiente familiar y lleno de alegría. Para participar se debe retirar la invitación de la Parroquia San Juan Bosco, pues hay límite de aforo.
El desarrollo de estas actividades educativas y artísticas ha sido fomentado por el Centro Juvenil DOSA, que un 24 de marzo de 1984, siendo presidenta María Jesús del Val, se inicia de modo oficial y concreto esta gran aventura… Una aventura que empieza a contagiar a un grupo numeroso de adolescentes y jóvenes que quieren transformar la realidad juvenil del barrio, preservándolo de la droga y de la exclusión social o marginación.
Con estos objetivos, el DO.SA. va tomando identidad como asociación juvenil, siendo considerada como una de las más significativas de la ciudad, por su gran oferta de actividades y medios formativos. Una asociación que va respondiendo a las diversas necesidades que plantean los/as niños/as, adolescentes y jóvenes del barrio con su creatividad y, sobre todo, con su compromiso y entrega.
Al hablar del Centro Juvenil DO.SA. es obligado hablar del papel de los animadores. Los animadores han sido y son el alma del Centro Juvenil, asumiendo la responsabilidad de la labor educativa y pastoral del mismo. Son jóvenes que viven su vocación humana y cristiana comprometiéndose en la educación de otros jóvenes y en la transformación de la sociedad siguiendo el modelo de Jesús de Nazaret, con el estilo de Don Bosco. Viven la animación como una opción que les implica como personas en su modo de plantearse la vida y en los valores que intentan vivir y transmitir en todos los ámbitos. Para todo esto, se cuida mucho la formación de los mismos mediante reuniones de grupos, cursos de formación y participación en la Escuela de Animadores de la Inspectoría Salesiana y en otras instituciones.
Agradecemos su labor a los cientos de animadores y animadoras que han hecho posible esta maravillosa realidad, durante estos Cincuenta Años al servicio de los más jóvenes.